Para iniciar una conversación con una persona con discapacidad auditiva, llame su atención tocando su hombro o brazo, golpee suavemente el piso o mesa para que pueda sentir las vibraciones, o apague y encienda las luces intermitentemente.

Háblele de frente, mirándole directamente a los ojos para ayudarle a sentir mayor confianza, y para que usted pueda observar sus expresiones faciales y asegurarse de que le está comprendiendo.

Trate de no incomodarse o sorprenderse al escuchar la forma en la que habla (volumen, ritmo, tono, etc.) o por las palabras que utiliza.

Asegúrese de que su cara esté bien iluminada para que él/ella pueda verle sin problema.

Evite cubrir su boca y cara con las manos u otros objetos, o masticar chicle.

Emplee un nivel de voz natural y vocalice con normalidad.

Utilice expresiones faciales pero sin exagerar demasiado los gestos.

Evite hablar demasiado rápido.

Al conversar con una persona con discapacidad auditiva puede acercarse a él/ella pero no gritarle (no escuchará las palabras, sólo verá un rostro hostil).

Acérquese lo necesario para que él/ella pueda ver mejor sus expresiones, pero no le grite, pues de todas formas no le escuchará, sólo verá un rostro hostil.

Evite crear sonidos innecesarios, como agitar llaves, Hojear un libro o revista, golpear la mesa con los dedos o lápiz, o juguetear con su pulsera, collar o aretes.

Utilice palabras sencillas o sinónimas para explicarle de diferente forma lo que él/ella no pueda entender.

Entréguele por escrito todo tipo de información que le sea importante comprender, transmitir o utilizar.

Si no entiende lo que él /ella le ha dicho, pídale que se lo repita hasta comprender bien lo que le quiere decir.